La hija de Dulce, Romina Mircoli, fue acusada hace unos días de haber intentado lanzar por las escaleras y explotar laboralmente a la fallecida cantante.
Romina decidió salir a romper el silencio en una entrevista concedida a Andrea Escalona para el programa Hoy, donde admitió haber tenido algunas diferencias con la querida artista.
Sin embargo, señaló que la relación que tuvo con la intención de ‘heridas’, siempre fue de mucho cariño entre ambas.
“Pues, ¿qué te digo?, pues yo también agradezco el espacio. Creo que el estar yo sin contestar y el estar queriendo, pues mantener mi privacidad, porque está muy claro que yo no soy figura pública, pero el estar ausente, el no dar respuesta, a dado pie a que esto aumente, y aumente, y aumente, y se haga una bola de nieve muy muy desafortunada”, comenzó.
“Si no fuera porque tengo mi hijo, yo no sé cómo estaría. Mi hijo es mi motivo para despertarme todos los días, para pararme (…) el estar viendo las cosas de mi mamá es un castigo. Estar viendo su ropa, estar viendo… son cosas que están, algunas no me he atrevido ni moverlas”, añadió.
Sobre los señalamientos de que no estuvo al pendiente de su madre mientras estuvo hospitalizada,Mircoli señaló.
“Fueron momentos muy difíciles. Yo estuve en el hospital hasta el momento que ella dejó de respirar. O sea, yo me mudé al hospital, yo me fui ahí a pasar día y noche, día y noche. Entonces yo tengo mucha paz con eso, Andrea”.
Posterior, Romina se pronunció sobre los rumores que aseguran que tenía muchos desacuerdos con Dulce.
“Que yo no siempre estuve de acuerdo con mi mamá en todo, es verdad. Tuvimos diferencias, ¿quién no las tiene? Eso es normal, pero también tuvimos momentos hermosos”.
Acto seguido, Mircoli respondió a la pregunta con respecto a si pudo tener una última charla con la mujer que le dio la vida antes de su muerte.
“Mi mamá y yo no nos pudimos despedir, no. Pero yo creo que la despedida, como uno la idealiza, es una cosa. Y la despedida que se dio, sí estuvo ahí. ¿Por qué? Porque yo estuve todo. Hubo un momento en que mi mamá ya no se valía por sí misma. Yo la movía, yo le daba de comer, yo la vestía, yo la cambiaba”, destacó.
Después de que Andrea recordara que Dulce vivía y daba la vida por su hija, hasta que llegó su nieto, Romina puntualizó:
“Totalmente, era por mí todo hasta que llegó mi niño y yo no pensé que me quitara el lugar. Feliz, o sea, no puede haber mayor felicidad para ti que tu niño, que es lo que tú más amas. Tu mamá se vuelva loca con él. O sea, no existe cosa más hermosa. Y, de hecho, de las cosas que más me duelen es saber que no lo va a ver salir de primaria, que no lo va a ver con su uniforme, que todos esos momentos… no va a estar”.
Y sobre el motivo que complicó la salud de Dulce en tan corto tiempo, Romina expuso:
“Los exámenes de mi mamá salieron negativos de cáncer. Y para nosotros eso había sido un respiro, pero cuando llegó el momento de la operación de limpieza pleural, descubrieron que sí había un tumor muy grande que estaba por fuera de la pleura del pulmón, o sea, la bolsita que recubre el pulmón. Entonces, claro, por dentro no se veía, estábamos bien contentos que no había cáncer y a la mera hora se descubre que hay ese tema de la metástasis muy avanzada”.
Asimismo, Romina aclaró la causa por la que decidió que el funeral de Dulce fuera a puerta cerrada y hermético hasta para sus amigos más cercanos.
“Ella me dijo: ‘Romi, yo no quiero que nadie me vea así’. Y yo: ‘no mami, no te preocupes, nadie te va a ver’. Y me volvió a insistir: ‘Romi, que nadie me vea así. Tú elige la urna más preciosa y llévame a la Basílica, por favor’. Dijo: ‘una urna que brille y llévame a la Basílica, por favor’.
Finalmente, Romina habló sobre el testamento de la intérprete de “Lobo”.
“Y mi mamá, afortunadamente, de hecho, tenía un testamento inicial. Digo, es igual que el nuevo, pero no sé por qué decidió volverlo a hacer. Creo que el reciente tiene dos o tres años, por ahí. Y es prácticamente una copia del anterior. O sea, pero todo con mi mamá, afortunadamente, estaba muy en orden”.